Duele sentir que no te interesa mi dolor. Todas las palabras que me dijiste ayer, no me las olvido. Terrible trola llegaste a decirme. Y ¿lo peor? , criticaste que soy así con gente que no conozco y con vos soy más recatada. Ya está, esta vez fui yo la que te dejo con mil palabras en la boca. Palabras que solamente, de alguna forma, te hacían bien a vos solo el soltarlas, decirlas. Sin pensar en mí. Eso se llama respeto, no lo tenés. El respeto viene con el querer, así que de esta forma digo que tampoco me quieres, ¿para qué seguir con esto? Chau, me cansé de intentar entenderte siempre y preocuparme por vos, basta
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