viernes, 11 de noviembre de 2011
Muchas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no, cuando queremos decir que sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todos cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces basta. Haz algo quenunca hiciste. Atrévete. Olvídate que te están mirando. Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nadie te ata. Nadie te obliga. Sé tú mismo. No tienes nada que perder y todo, todo, todo por ganar. Muchas veces creemos en el destino. Rezamos, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante. ¡Creer en nosotros mismos! Nos conformamos en vez de arriesgarnos. Sin pensar quecada día que pasa nunca volverá. Nada está escrito. Nada está hecho. Ni siquiera lo imposible. Todo depende de nuestra voluntad. De esa fuerza que nos sale de adentro. De decir“si puedo” a cada desafío. Tenemos el poder. Cuando estamos decididos, cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de interponerse. Si queremos, podemos llegar más lejos. Si queremos, podemos llegar más alto, hacer lo que sea. Solo hay que proponérselo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario