Contar ovejitas

Para poder dormirme, cuento ovejitas. Las
ocho primeras
saltan ordenadamente por encima del cerco.
La número once
salta más alto de lo debido y baja
planeando.
A continuación
saltan cinco vacas, dos de ellas voladoras.
Las sigue un
ciervo y después otro. Detrás de los ciervos
viene corriendo
un lobo. Por un momento la cuenta vuelve a
regularizarse:
un ciervo, un lobo, un ciervo, un lobo. Una
desgracia: el lobo
número treinta y dos me descubre por el
olfato. Inicio
rápidamente la cuenta regresiva. Cuando
llegue a uno,
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